Gracias a un sentimiento de Unidad y Fuerza, el 25 de mayo de 1810 se obtiene la dimisión del Virrey Cisneros y se establece la Primera Junta de Gobierno, primer gobierno criollo en el Cabildo de Buenos Aires de las por ese entonces Provincias Unidas del Río de la Plata, que incluía a Paraguay, Uruguay y parte del territorio actual de Bolivia.
El 25 de Mayo es una oportunidad para reflexionar sobre los orígenes y sobre un tiempo primordial, que se erige como mito fundante de nuestra historia. Y todo ello es, por supuesto, una manera elegante de reflexionar sobre el presente.
Luego de las invasiones inglesas y de la respectiva victoria de las tropas criollas ante éstas, un sentimiento de unidad y fuerza emergió entre la población rioplatense. España vivía desde 1808 el avance de tropas napoleónicas y su poder político y económico se debilitó en poco tiempo. En efecto, sus colonias americanas se vieron desatendidas y desabastecidas durante todo este tiempo.
El Virreinato del Río de la Plata ya contaba con una elite intelectual, un sector comerciante (que a su vez estaba imposibilitado para comerciar libremente con Inglaterra) y un grupo de criollos armados que cada vez fortalecían más su poder militar. El descontento entre los criollos de Buenos Aires crecía a la par de las pretensiones de organizar un gobierno autónomo y la práctica del libre comercio. Así, un proceso intelectual, comercial y militar con ideas independentistas comenzó a desarrollarse en el Virreinato del Río de la Plata.
Con una participación de aproximadamente doscientas cincuenta personas, el 22 de mayo se realizó una sesión de Cabildo Abierto en la que se decidió destituir al virrey Cisneros. El pueblo de Buenos Aires finalmente impuso su voluntad al Cabildo el 25 de mayo, creando una Junta de Gobierno integrada por Cornelio Saavedra, presidente; Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu, Juan Larrea, vocales; y Juan José Paso y Mariano Moreno, secretarios.
Se iniciaba así el proceso revolucionario que desembocaría en la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816.
«Allí donde partir es imposible, donde permanecer es necesario. Donde nunca se está solo, donde cada umbral es morada. Allí donde se quiere arar y dar un hijo. Alli donde se quiere morir. Allí está la Patria» Mariano Moreno